sábado, 11 de marzo de 2017

Elegir un tratamiento para la pérdida del cabello


No importa cuál sea el origen del problema, cualquier tipo de pérdida de cabello progresiva puede terminar con nuestra paciencia y hacernos caer en una espiral de estrés con muchas posibilidades de acabar con nosotros metafóricamente.

Lo primero a tener muy en claro, es que no existe una pócima milagrosa que evite la caída del cabello sin fundamentos fisiológicos. Ahora sí distinguiendo entre los distintos tipos de pérdida de cabello, podemos afirmar que existen casos y casos. Situaciones de todos los colores y sabores y algunas más salvables que otras, quedando, por desgracia, algunas sin solución posible.

A día de hoy todavía no se conoce un método definitivo contra la caída del cabello, pero lo cierto es que ya se han dado casos de mejoras significativas siguiendo tratamientos que muchos consideran inútiles.

Identifica tu problema

Antes de clamar al cielo, conviene asegurarse de que la exagerada volatilidad de tu cabello no está relacionada con ningún factor externo a tu cuero cabelludo.

Entre los casos más recurrentes de pérdida de pelo a causa de condicionantes externos, encontramos la mala alimentación, los cambios hormonales severos y el exceso de estrés. Si crees que tu alopecia puede estar relacionada con una de estas causas, estudia el caso e intenta solucionarlo. Probablemente con eso bastará para solventar la abundante caída.

Si perteneces al segundo grupo de alopecia, en el que entran las alopecias heredadas, o androgénicas, continúa leyendo los tratamientos para reducir la caída del cabello.

Tratamientos para frenar la caída del cabello

Conviene comprender por qué perdemos cabello con la edad. La testosterona presente como hormona en los hombres, contiene un agente, DHT, al que se le achaca la destrucción de las folículos pilosos. La concentración de DHT aumenta en nuestra sangre a medida que cumplimos años y, puesto que en exceso este compuesto impide el crecimiento de nuevos pelos desde los folículos, perdemos parte o la integridad de nuestra densidad capilar.

Para controlar la indigesta cantidad de DHT, diferentes empresas farmacéuticas han sacado al mercado productos orientados a disminuir la concentración de esta sustancia en nuestra sangre. Fármacos orientados a reducir la producción de DHT en el cuerpo, consiguientemente en el torrente sanguíneo y, para culminar, reduciendo el daño a nuestros folículos y permitiéndoles generar nuevos pelos.

El punto de partida es sin lugar a dudas importante. Localiza tu problema lo más pronto que te sea posible. Cuanto antes empieces el tratamiento, más efectiva será la solución.